Un nuevo estudio científico mostró que más de la mitad de las crías de ratas de laboratorio cuyas madres fueron alimentadas con soja transgénica durante la gestación murieron en las tres primeras semanas de vida. Esto significa un promedio seis veces más alto que otras ratas que recibieron alimentación normal.
La noticia fue difundida el 8 de enero pasado en el diario británico The Independent, que meses antes también entregó al público un informe secreto del gigante biotecnológico Monsanto, el cual mostraba que ratas alimentadas con maíz transgénico de esa compañía habían sufrido cambios en sus órganos internos, indicando posibles daños al sistema inmunológico.
El nuevo estudio, que se estima es el primero en investigar los efectos de los transgénicos en fetos y crías, está a cargo de la doctora Irina Ermakova, investigadora del Instituto de Neurofisiología de la Academia de Ciencias de Rusia. El experimento consistió en agregar harina de soya transgénica resistente al herbicida glifosato (conocido como soya RR de la empresa Monsanto) a la alimentación de un grupo de ratas hembras, dos semanas antes, durante la gestación y la lactancia. Otro grupo de ratas recibió harina de soya no transgénica y un tercer grupo no recibió soya durante el mismo periodo
La doctora Ermakova declaró a The Independent que «la morfología y la estructura bioquímica de las ratas es similar a la de los humanos, lo que hace que estos resultados sean muy alarmantes… Indican que podrían existir riesgos para las madres y sus bebés».
En noviembre de 2005, el centro de investigación científica más importante de Australia, Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO), abandonó un proyecto de diez años y 2 millones de dólares para crear chícharos (arvejas) transgénicos, luego de que la experimentación en ratas mostró una reacción alérgica que consideraron podría implicar serios riesgos para el consumo humano.
El caso es muy significativo, porque al chícharo se le habían insertado genes de un frijol cuyo consumo como tal no produce alergias. La combinación tenía por objetivo hacer los chícharos resistentes a los ataques de gorgojos. Según los investigadores del CSIRO, los genes de frijol insertados en los chícharos se expresaron de manera sutilmente distinta, lo cual desencadenó la reacción alérgica. Esto muestra una vez más lo que muchos científicos sospechan, pero casi nadie recibe fondos para investigar: la transferencia de genes crea proteínas similares, pero con pequeñísimas diferencias que tienen efectos en los organismos vivos, muy distintos de las proteínas originales.
Actualmente, ni la soya ni el maíz transgénico que se comercializan pasan por este tipo de pruebas en animales, que solamente se aplican cuando se trata de transgénicos de uso médico.
Paul Foster, de la Universidad Nacional de Australia en Canberra, quien dirigió el equipo de evaluación inmunológica de los chícharos, alimentó ratones con los chícharos transgénicos, notando una reacción alérgica inesperada.
También expusieron ratones a esa proteína transgénica purificada, inyectándola en las vías sanguíneas y a través de inhalación. Los ratones inyectados mostraron hipersensibilidad en la piel, y los que la inhalaron sufrieron inflamación y daños pulmonares.
Paradójicamente, mientras van aumentando las evidencias de que los transgénicos tendrían impactos importantes en la salud de los consumidores, Monsanto, principal productora de transgénicos del mundo, anuncia que ha tenido resultados económicos extraordinarios. Y según las estadísticas de las empresas productoras de transgénicos, en 2005 estos cultivos se habían expandido a más de 400 millones de hectáreas en el mundo.
Lo que estas empresas no dicen es que esta expansión tóxica se produce con el ocultamiento de datos reales sobre los cultivos transgénicos: pueden causar daños a la salud, rinden menos, usan más químicos y son mucho más caros que los cultivos convencionales. A esto se agrega que los cultivos campesinos contaminados por éstos, como el maíz, sufren deformaciones y quién sabe qué más en los próximos años.
Es altamente probable que el maíz y la soya transgénica que se han colado en nuestra alimentación produzcan alergias y otros daños a la salud. No lo podemos saber, porque, además de que las empresas han saboteado con éxito el que sean etiquetados, las regulaciones para liberarlos al consumo o para cultivarlos no exigen el tipo de pruebas que los estudios científicos han aplicado en los casos referidos.
No es necesario que un producto sea bueno, en ningún sentido, para llegar al mercado. Alcanza con el poder de las trasnacionales para pagar propaganda mentirosa y comprar gobiernos y legisladores corruptos.
El caso es muy significativo, porque al chícharo se le habían insertado genes de un frijol cuyo consumo como tal no produce alergias. La combinación tenía por objetivo hacer los chícharos resistentes a los ataques de gorgojos. Según los investigadores del CSIRO, los genes de frijol insertados en los chícharos se expresaron de manera sutilmente distinta, lo cual desencadenó la reacción alérgica. Esto muestra una vez más lo que muchos científicos sospechan, pero casi nadie recibe fondos para investigar: la transferencia de genes crea proteínas similares, pero con pequeñísimas diferencias que tienen efectos en los organismos vivos, muy distintos de las proteínas originales. Actualmente, ni la soya ni el maíz transgénico que se comercializan pasan por este tipo de pruebas en animales, que solamente se aplican cuando se trata de transgénicos de uso médico.
Paul Foster, de la Universidad Nacional de Australia en Canberra, quien dirigió el equipo de evaluación inmunológica de los chícharos, alimentó ratones con los chícharos transgénicos, notando una reacción alérgica inesperada. También expusieron ratones a esa proteína transgénica purificada, inyectándola en las vías sanguíneas y a través de inhalación. Los ratones inyectados mostraron hipersensibilidad en la piel, y los que la inhalaron sufrieron inflamación y daños pulmonares.
Paradójicamente, mientras van aumentando las evidencias de que los transgénicos tendrían impactos importantes en la salud de los consumidores, Monsanto, principal productora de transgénicos del mundo, anuncia que ha tenido resultados económicos extraordinarios. Y según las estadísticas de las empresas productoras de transgénicos, en 2005 estos cultivos se habían expandido a más de 400 millones de hectáreas en el mundo.
Lo que estas empresas no dicen es que esta expansión tóxica se produce con el ocultamiento de datos reales sobre los cultivos transgénicos: pueden causar daños a la salud, rinden menos, usan más químicos y son mucho más caros que los cultivos convencionales. A esto se agrega que los cultivos campesinos contaminados por éstos, como el maíz, sufren deformaciones y quién sabe qué más en los próximos años.
Es altamente probable que el maíz y la soya transgénica que se han colado en nuestra alimentación produzcan alergias y otros daños a la salud. No lo podemos saber, porque, además de que las empresas han saboteado con éxito el que sean etiquetados, las regulaciones para liberarlos al consumo o para cultivarlos no exigen el tipo de pruebas que los estudios científicos han aplicado en los casos referidos.
No es necesario que un producto sea bueno, en ningún sentido, para llegar al mercado. Alcanza con el poder de las trasnacionales para pagar propaganda mentirosa y comprar gobiernos y legisladores corruptos.
Silvia Ribeiro Investigadora del Grupo ETC
25 de enero de 2006
FOTO: pin.emmanuel.free.fr
Hola Josep, te he dejdo un recuerdete de estos
Hola Josep, te he dejado un recuerdete de esos que solemos intercambiarnos frecuentemente en este mundillo de la blogosfera, en «perspectivas diferentes».
Hola , Que tal?
Ya veremos si somos capaces de mutar nosotros para poder asimilar tanta porquería .
Un beso
hola, como podemos saber si la leche de soja que tomamos es transgenica o no?
Hola Carmen,
si la leche de soja fuera transgénica tendría que estar etiquetada . Pero como hay
dudas de que así sea, puedes comprar leche de
soja ecológica o algunas convencionales que las etiquetan como no transgénicas.
Greenpeace puede también orientarte con su guía roja y verde que te adjunto
con el siguiente enlace
http://www.greenpeace.org/raw/content/espana/reports/gu-a-roja-y-verde.pdf.
Josep Pàmies
Documental: «El futuro de los alimentos» – 55 minutos
http://video.google.es/videoplay?docid=-6853414590003780348&ei=S_roSNKoE4auiAL8pbyaCw&q=futuro+de+los+alimentos&hl=es
me parese que esta investigacion esta muy completa pero se necesita llegar a mas investigaciones mas recientes
Hola Sr. Pamies: Asi como todos los caminos conducen a Roma, las muchisimas circunstancias me llevan siempre a Ud: por mi profesora de cocina con flores y plantas silvestres, entrevistas en TV, en el periodico, etc. Ahora que estoy investigando un poco para plantar soja en mi terrenito y solo para mi propio consumo tambien veo un enlace y la verdad que me preocupa el tema no solo de los productos transgenicos sino tambien de las semillas y en este caso las habas de soja, que seguridad tenemos al comprarlas, donde,etc. Un saludo
Monsanto,monsanto la gente sin alma.
http://elmicrolector.org/2015/06/30/un-estudio-demuestra-que-monsanto-envenena-la-leche-materna/